Día del Nodocente

Mammarella: “Los nodocentes son clave para la Universidad pública”

Miércoles 25 de noviembre de 2020 / Actualizado el viernes 27 de noviembre de 2020

Lo aseguró el Rector al reflexionar sobre el día de la trabajadora y del trabajador nodocente de las universidades nacionales, celebrado cada 26 de noviembre. Su rol es clave en la construcción de la institución y en la consolidación de la Comunidad UNL.

“El rol cotidiano de las trabajadoras y de los trabajadores nodocentes es clave en la construcción de la Universidad Nacional del Litoral en particular y de la Universidad pública en general”, aseguró el rector Enrique Mammarella al reflexionar en torno al Día de las trabajadoras y de los trabajadores nodocentes de las Universidades Nacionales que se conmemora cada 26 de noviembre.  En este sentido, remarcó “quienes integramos la Comunidad del Litoral comprendimos la importancia de mantener abierta y operativa la Universidad. El balance, en definitiva, es positivo y es gracias al trabajo en equipo entre todos y todas”. Finalmente, el rector enfatizó: “Cada uno en su rol, aportando desde su espacio y responsabilidad, desde la presencialidad o la virtualidad, poniendo todo su esfuerzo, hemos dado certezas en un año plagado de incertidumbres, hemos consolidado el presente y estamos construyendo en equipo la Universidad de los próximos cien años”.



Esenciales
El trabajo del personal nodocente permitió mantener activas áreas sensibles para el funcionamiento de la Universidad. Adaptando rutinas al teletrabajo o a modalidades mixtas cuando las medidas sanitarias lo permitieron, encontrando soluciones a las dificultades que plantearon las medidas de aislamiento social cuando el ciclo lectivo recién se ponía en marcha.
El soporte técnico para la gestión administrativa y académica de la Universidad se brinda desde el Programa de Informatización y Planificación Tecnológica, en paralelo con otras líneas de trabajo como adaptar plataformas de software libre para enseñanza virtual y los desarrollos web por ejemplo, y las aplicaciones del Sistema de Información Universitaria (SIU) que utilizan todas las universidades nacionales.
Gabriela Petrosino es analista en informática aplicada, egresada de la FICH y trabaja en los procesos de gestión digital documental. Si bien en los últimos años la UNL avanzó en esa línea, la necesidad de digitalizar se intensificó en estos meses y la demanda para el área aumentó notablemente. “Teníamos que poner a punto el servicio telemático y los demás desarrollos para que el resto de la Universidad pueda trabajar”, recuerda de los primeros días de trabajo en la pandemia. “Lo primero que se abordó fue sostener la enseñanza, para habilitar todas las plataformas de aulas virtuales de las unidades académicas”. En el balance de estos meses agrega: “para nosotros es motivo de orgullo que se haya podido seguir estudiando y rindiendo, que las áreas de Alumnado hayan podido funcionar a distancia manteniendo los registros académicos, que los estudiantes hayan podido egresar, tramitar los títulos a través de medios electrónicos”. Las respuestas que dieron desde el área hicieron más visible el valor de la tarea que realizan. Como profesional de un campo que suele ser muy demandado en el sector privado, Petrosino elige trabajar como nodocente en la universidad pública, donde formó un perfil como analista funcional: “Estar en el pre y en el post armado de los sistemas no es un perfil que formás cuando estás estudiando. Los sistemas no son perfectos sino perfectibles, a partir de dialogar con quien hace uso de esa herramienta. Por eso una actitud de escucha es fundamental. Esa forma de trabajar la formé en la Universidad, primero en educación a distancia, pero como un perfil extrapolable a otros ámbitos de trabajo con sistemas de información”.

Garantizar transparencia
La directora de Compras y Contrataciones, María Marta Müller, coincide en que el desafío de estos meses fue continuar con procesos administrativos que contaban con pasos digitalizados, pero que tuvieron que adaptarse todavía más para no interrumpirlos y garantizar la misma transparencia y buen uso de los recursos. Encontrar esas dinámicas implicó capacitaciones para adaptar los sistemas a la tramitación electrónica, en contacto incluso con otras universidades que trabajan con el SIU, y sobre todo con el respaldo de Informática de la UNL. Para poder incorporar esos cambios también capacitaron a proveedores y prestadores de servicios, que debieron adaptarse a esas nuevas formas.
Fueron meses de “repensar, rediseñar, mientras corría la necesidad de comprar y cubrir necesidades en lo inmediato”, cuenta Müller. “En nuestro caso sirvió mucho el teletrabajo pero todos estuvimos presentes por igual, trabajando muy en conjunto”, dice. Y destaca que “antes de la pandemia las resoluciones, los expedientes iban y venían entre las oficinas pero tal vez no nos conocíamos tanto con los compañeros. Ahora tenemos un diálogo fluido por WhatsApp, por redes sociales, y en muchos sentidos la comunicación es mejor ahora”.

En red, en equipo
Rosa Rugna es la coordinadora de la Unidad de Control de Personal de las Unidades Académicas. Desde esa área en la Dirección de Personal y Haberes sostiene un trabajo en red con las oficinas de personal de todas las facultades. En sus 29 años de servicio no recuerda haber vivido un período como este, con adaptaciones para poder continuar con la liquidación de sueldos, la tramitación de licencias o jubilaciones, entre otras gestiones que dependen de su área.
A excepción de las semanas más estrictas de aislamiento donde no podían trasladarse a su lugar de trabajo, garantizaron que se pudieran realizar los trámites que requieren de la presencialidad, mientras avanzaban con Informática para poder trabajar desde casa con los sistemas de gestión. Sobre su tarea y la de sus compañeros, dice que “cada puesto de trabajo es parte de un gran engranaje y por eso tenemos que poner nuestro granito de arena para que eso funcione, con responsabilidad y compromiso, sobre todo en este tiempo”.

Seguridad ante la incertidumbre
Ricardo Di Pascuale, encargado de la seguridad de Ciudad Universitaria en el turno tarde, valora la predisposición de todo el personal CUSEVI, que se adecuó a nuevos horarios y tareas, como las propias de la aplicación del protocolo sanitario en el ingreso a los edificios o el servicio en otras sedes de la UNL. También, incorporaron a sus tareas habituales, la recepción de encomiendas y muestras para los laboratorios de las facultades para reducir la circulación de personas. Y garantizaron el desarrollo de actividades como la capacitación al Servicio de Emergencias Médicas en el Centro de Simulación de la FCM y los encuentros de la Práctica Final Obligatoria que realizaron estudiantes avanzados de Medicina para poder recibirse.
En épocas previas a la pandemia, “es inmensa la cantidad de gente que ingresa a Ciudad Universitaria y habitualmente los vemos pasar, bajarse del colectivo, estacionar el auto, ingresar a las aulas u oficinas y no los conocemos, pero en esta situación como es obligatorio tomar la temperatura se generó ese momento para detenerse y tener una charla por más breve que sea”, cuenta Di Pascuale. “Yo soy de observar mucho el clima de trabajo y noto mejores relaciones interpersonales, nos volvimos más solidarios entre nosotros. Ninguno de mis compañeros se contagió en el ámbito laboral y es producto de ese cuidado entre nosotros también”.

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