Transferencia de tecnología

Docentes de la UNL trabajan para restaurar la Casa de la Cultura

Lunes 21 de julio de 2008

En el año 2006 el Gobierno de la Provincia otorgó fondos para la restauración de la Casa, cuyo proyecto conduce la Arq. Bournnissent. En el marco de los trabajos, un grupo de la FICH dirigido por el Dr. Mario Gardiol se encuentra relevando y documentando la si

Debido al abandono y al paso del tiempo, la Casa de la Cultura ubicada en Boulevard Gálvez al 1200 necesitaba un minucioso trabajo de restauración, tanto de su estructura como de las valiosas terminaciones y revestimientos que posee. Es así que en el año 2006, el Gobierno de la Provincia de Santa Fe otorgó a la Fundación Amigos de la Casa de la Cultura una importante suma de dinero para la restauración de la histórica casa, a través de un proyecto conducido por la Arq. Silvia Bournnissent.
Dentro del equipo de trabajo, el Dr. Mario Gardiol y el Ing. Carlos Tonini -docentes de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH) de la Universidad Nacional del Litoral-  se suman a esta obra con un rol bien definido: relevar y documentar la situación actual y el diseño de los pisos de marquesitas venecianas para posibilitar su reconstrucción.
El trabajo de los docentes de FICH se denomina “Relevamiento y documentación fotogramétrica en sectores internos del edificio de Bv. Gálvez 1274 de la ciudad de Santa Fe de la Vera Cruz”, y es dirigido por el Dr. Gardiol.

El trabajo
La casona fue construida en 1910 para el hijo del Gobernador Luciano Leiva. Su estilo arquitectónico corresponde a la Belle Epoque, presenta una gran originalidad en su tipología arquitectónica, tanto funcional como morfológica y tecnológica, y tiene detalles exquisitos de ornato, mayólicas, ebanistería, mosaicos venecianos y vitrales.
La casa posee pisos de marquesitas venecianas en distintos espacios de su primera y segunda planta: sala de recepción, baños, pasillos, salas de estar. Todos ellos presentan distintos diseños que combinan diferentes colores y tonalidades, y constituyen una verdadera obra de arte llevada a cabo por algún artesano de la época: cada marquesita mide aproximadamente dos centímetros cuadrados y cada diseño está compuesto por miles de piezas de distintos colores, ubicaciones y cortes.
Según comentaron los docentes de la FICH, se trata de unos pisos que por el paso del tiempo presentan diferentes alteraciones como falta de material o emparches. “Cada uno de esos tipos de alteraciones (llamados patologías) son identificados como parche, en las zonas donde en lugar de marquesitas hay revoque; área intervenida, que es donde alguien puso cuadraditos de otros colores como relleno de una rotura; faltantes de cerámica, que es donde falta la marquesita; y faltante de carpeta, que es donde no se encuentra ni la carpeta ni la cerámica”, explicaron.
 “Cada una de las piezas que falta tiene un color, una tonalidad, el material es caro y entonces hay que saber con cierta precisión cuánto hay que comprar o hacer”, indicó Tonini, agregando que al encontrarse el trabajo en la fase final “lo que se está requiriendo es saber qué es lo que falta para poder cuantificar la inversión necesaria para rearmar el piso”.
Por otra parte, una vez que se desmantelen los pisos la información sobre el diseño quedará registrada en el relevamiento que se está haciendo. Esta es la segunda finalidad del trabajo: “Tratamos de remarcarle las líneas de corte, los dibujos del piso, las guardas que hay que formar en los sectores donde hay faltantes. El restaurador no trabajaría en el piso directamente, sino que usaría la documentación cartográfica como base para empezar a rearmar el piso”, sostuvieron.
La documentación de los pisos, denominada específicamente fotogramétrica, determinó que del total de superficie cubierta por los mosaicos venecianos -72 metros cuadrados-, las diferentes patologías cubren 14,34 metros cuadrados, lo que corresponde aproximadamente a 71.700 venecitas a incorporar en los pisos.

La técnica empleada
La técnica que se está empleando en el trabajo se denomina fotogrametría a corta distancia. Su campo de aplicación es muy amplio y abarca áreas diversas como la medicina, la odontología, la arqueología, la minería, la astronomía y la edafología, entre otros.
Esta técnica permite obtener las dimensiones métricas de los objetos que se encuentran registrados en una fotografía. Como las fotografías obtenidas por cualquier cámara fotográfica presentan distorsiones, para corregir la imagen se disponen de puntos de control y así llevarla a una representación ortogonal, donde cada punto se proyecta en su verdadera posición. En el caso de los pisos de marquesitas venecianas, se diseñaron diferentes redes de puntos de control, de forma que permitieran corregir las distorsiones de las fotografías y se pudiera representar correctamente las composiciones que presentan los pisos.
En Argentina existen muy pocos profesionales que se dedican a hacer este tipo de trabajos, pero en Europa esta técnica es muy empleada para documentar los monumentos históricos.

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