Jornada cultural

Historias, danzas y sabores de Saboya

Lunes 6 de agosto de 2007

El pasado viernes 3 de agosto se llevó a cabo la Fiesta Saboyana en el Centro de Idiomas de la UNL. Hubo conferencias, danzas tradicionales y lo mejor de la comida saboyana.

Historias, danzas y sabores de Saboya fue la premisa de la fiesta que organizó el Centro de Idiomas de la Universidad Nacional del Litoral (UNL). Y si bien Santa Fe está muy lejos y es muy distinta geográficamente de la montañosa región francesa, el frío del pasado viernes 3 de agosto fue el marco perfecto para que un nutrido público conozca su historia y la de la colonia saboyana de la localidad de San Carlos, disfrute de sus exquisitas comidas típicas, vea y aprenda a bailar sus danzas tradicionales.
La jornada se llevó a cabo en la sede del Centro de Idiomas de la casa de estudios y comenzó pasadas las 18:30 con la disertación de la profesora e historiadora Norma Battú sobre “Las persistencias de instituciones  jurídicas y otros matices de la identidad saboyana”.
Además de dedicarse a la Historia, Battú es descendiente de saboyanos, por lo que en su disertación sumó a sus conocimientos académicos aspectos de la vida cotidiana que formaron parte de su familia justamente por sus orígenes. En este sentido se refirió a las instituciones saboyanas que se trasladaron a nuestro país, como por ejemplo el casamiento entre los miembros de los mismos grupos y territorios de Saboya; al “genio vivo” de los saboyanos, que según la historiadora como buenos montañeses tenían un carácter fuerte, fruto de la vida dura, perseverante, que se vive en las montañas. Asimismo relató la persistencia por estas tierras de ciertas supersticiones, como el ciclo con “contenidos mágicos” que se extiende todos los años desde el 24 de diciembre al 6 de enero.
Posteriormente, el historiador Roberto Lance desarrolló la ponencia “Franceses en la colonia San Carlos”, en la cual hizo referencia al libro de su autoría publicado con la Asociación Saboyana de San Carlos. “Los pequeños hechos familiares y cotidianos tienen mucha importancia porque nos permiten rescatar el patrimonio cultural que marca la identidad y conforma la idiosincrasia del lugar. No conocerlos nos lleva a la desculturalización”, afirmó. Lance indicó que junto con los saboyanos llegó el cultivo a la vid a la colonia, la costumbre de poner el dinero interés así como también los primeros prestadores de dinero, los oficios como barberías, zapateros, sastres y tabernas.
Asimismo, el historiador expresó que en las familias provenientes de Saboya “había una gran preocupación por no olvidarse de Europa, para que haya una continuidad en estas tierras”, por lo que la tradición oral fue acompañada por muchos documentos guardados por años que beneficiaron la investigación.

Simbología saboyana
Luego de las conferencias se presentó el cuerpo de baile de la Asociación Saboyana de San Carlos con una demostración de danzas típicas de la región, vistiendo trajes tradicionales cuyo significado de prendas y colores explicaron a los presentes.
La vestimenta femenina se constituía con pollera, cofia, delantal, y cruz –cuanto más grande, mayor la devoción. Algunas mujeres también llevaba un chaleco con unas cadenas que hacían referencia a la fidelidad y hasta en ciertos casos la esclavitud en el matrimonio. En relación a los colores, el negro era portado por las más jóvenes los domingos y el blanco para las de mayor edad los días de fiesta. Las mujeres de la alta sociedad portaban una cofia inspirada en la de las damas de la corona europea, más lujosa y que necesitaba ayuda para ser colocada, lo que connotaba la posesión de servidumbre.
El modo de vestir del hombre era mucho más simple y con menos simbología, con camisa, chaleco y pantalón. El color negro se usaba los días de semana y el blanco para los días de fiesta. 
 La Fiesta Saboyana culminó con platos típicos: primero con los exquisitos “chaussons savoyards”, una especie de paquetitos de masa filo con panceta, cebolla y papa que se degustaron calentitos, acompañados con vino tinto y blanco.
 El menú continuó con una “Soupe au caillou”, la tradicional sopa de la región con una graciosa historia detrás. Cuenta la leyenda que al recibir la negativa de una anciana de un plato de comida, un vagabundo saboyano le pidió sólo una olla con agua caliente para realizar una sopa, ya que él contaba con una piedra mágica. Luego de engañar a la anciana con distintas historias, ésta terminó por ponerle sin darse cuenta muchos ingredientes en la olla. Al probarla, la mujer quedó sorprendida de la exquisita sopa que preparó el vagabundo “sólo con una piedra mágica”. Es por esto que la sopa se prepara con muchas verduras, por supuesto con la piedra “mágica” en el interior de la olla que el chef se encargó de mostrar para demostrar que era una verdadera “soupe au caillou”, y se sirve sobre un trozo de pan con una buena porción de manteca.
 Antes de pasar al postre –una exquisita "fondue au chocolat" ideal para las condiciones climáticas- los asistentes pudieron aprender los pasos básicos de las danzas saboyana, a cargo del cuerpo de baile de la asociación sancarlina.


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