Estudios edilicios

La evolución de los hospitales santafesinos

Jueves 4 de junio de 2009

Al momento de construirlos cada uno respondía a las influencias de su época. Un arquitecto de la UNL investigó y realizó una reconstrucción gráfica de los procesos de mutación hospitalaria. El Cullen fue el más flexible para adaptarse a las nuevas necesidades.

El Hospital Iturraspe surgió a comienzos del siglo XX como Casa de Aislamiento para enfermos infectocontagiosos. El Mira y López, a inicios de 1940, fue un modelo en el país. El Cullen se conocía como Nuevo Hospital de Caridad. Cada uno da cuenta de claras influencias de la época, importadas de distintos lugares e ideologías. Ese fue el origen de los principales hospitales de la ciudad de Santa Fe. Pero la actualidad es muy diferente.
A la hora de diagnosticar el estado y planificar modificaciones sobre los edificios hospitalarios, no basta con observarlos en su condición actual. “Si bien se trata de estructuras sanitarias, también forman parte del patrimonio cultural santafesino, lo que implica un doble rescate pensando en el aspecto edilicio y en el interrogante sobre su aptitud para seguir brindando un servicio social digno y vital”, afirma un artículo publicado en la última edición de ConCIENCIA, la revista de divulgación científica que edita la Universidad Nacional del Litoral (UNL).
La investigación desarrollada por el arquitecto Bruno Reinheimer trabajó en profundidad los referentes edilicios más notables de la arquitectura hospitalaria local. De esta manera es posible racionalizar los recursos físicos disponibles.
“Hablar de un análisis histórico-crítico evidentemente nos ha obligado a abordar un amplio espectro de fuentes disponibles de diversa naturaleza: editas e inéditas; bibliografía y testimonios personales; planimetrías, pliegos y documentación original”, detalla el artículo.
Como expresión y síntesis del análisis, Reinheimer elaboró un sistema de reconstrucción gráfica estimada de los procesos de mutación hospitalaria. Se trata de un seguimiento de forma y contenido desde su origen, transitando las sucesivas etapas de intervención posterior.

Desde el origen
El momento de fundación de cada uno de los hospitales es el punto de partida para el análisis del proceso histórico. Este momento implica circunstancias particulares en cada caso “puesto que los edificios han sido creados cada uno con un fin propio, debiendo transformarse con posterioridad para adaptarse a las condiciones y necesidades sociales venideras”, señala el informe.
Según detalla la investigación, entre los casos edilicios más notables se encuentra el Hospital J. M. Cullen, en su momento conocido como Nuevo Hospital de Caridad, cuyo planteo de pabellones paralelos vinculados por anillos circulatorios, alrededor de patios centrales, respeta con precisión los cánones de la rigurosa Escuela Hospitalaria Francesa. “También la Casa de Aislamiento incorpora preceptos occidentales aunque de procedencia alemana, destacando la disposición de pabellones aislados para evitar contagios a través del aire, una presunción que hacia fines del siglo XIX sería desmistificada de la mano de Pasteur y sus incipientes avances bacteriológicos”, afirma.

Adaptarse a las nuevas ideas
Pasado el momento fundacional, y con el correr del s. XX, las necesidades fueron cambiando. Hubo una transición de la ciencia curativa a la preventiva y las especialidades comenzaron a multiplicarse sobre las superficies destinadas originalmente a internación. Eso requería una adaptación de los edificios hospitalarios y cada tipología fundacional mostró diferentes capacidades para absorber o no la necesidad de adaptación permanente. 
De acuerdo con Reinheimer, la elasticidad y flexibilidad de cada organismo arquitectónico se verifica al observar el volumen edilicio añadido respecto del original. “Frente al masivo crecimiento del Hospital Italiano de Santa Fe y las Colonias y la Casa de Aislamiento, el uno debido a su limitada escala inicial, el otro en razón de su rígido planteo segregado para atender enfermos severos, el Nuevo Hospital de Caridad se destaca por mantener un nivel de crecimiento moderado. Estas pruebas respaldan la alta pertinencia de su planteo fundacional para absorber los nuevos requerimientos temporales”, destaca el arquitecto.
Finalmente, el estudio cruzó los datos de índice de mortalidad de cada hospital desde principios del s. XX. “Se concluye que las décadas de 1910 y 1920 han sido las más críticas, notablemente coincidentes con periodos pasivos y estáticos de reformas arquitectónicas. Estos resultados permiten intuir cierta influencia de los espacios físicos construidos sobre el destino de las prácticas médicas de la época, y la importancia de no desatender aquellas situaciones que exigen modificaciones edilicias radicales, a los fines de poder dar continuidad al adecuado desarrollo de la ciencia médica en toda su complejidad”, sostiene el trabajo.

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