Gestión de riesgos

La prevención, clave para mitigar los efectos de desastres

Viernes 8 de mayo de 2009

La UNL y el Gobierno de la Ciudad trabajan para implementar un sistema de gestión de riesgos, basado en un nuevo paradigma acerca de los desastres y modos de afrontarlos. Según este enfoque, el riesgo debe ser considerado un problema de desarrollo y una políti

A lo largo de la historia, la ocupación y el uso del territorio hicieron de Santa Fe un escenario de riesgos por crecidas recurrentes de los cursos de agua circundantes, que devinieron en desastres y trajeron aparejadas importantes pérdidas materiales y humanas. Si bien se realizaron obras de infraestructura tendientes a proteger a la ciudad contra las inundaciones, sus condiciones geográficas y su exposición a la amenaza configuran un contexto de riesgo significativo. Entonces, ¿cómo puede actuar la comunidad de una Santa Fe que resulta vulnerable a estos eventos?
El Sistema Municipal de Gestión de Riesgos busca dar una respuesta a este interrogante, promoviendo acciones de prevención y mitigación que apunten a la reducción sostenida del riesgo de desastre, ya sea por inundaciones como por otros tipos de eventos. Este sistema es desarrollado desde 2007 en forma conjunta por el Gobierno de la Ciudad de Santa Fe y la Universidad Nacional del Litoral (UNL), a través de las Facultades de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH), Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU) y Ciencias Jurídicas y Sociales (FCJS), y se fundamenta en un paradigma que propone incorporar la gestión de riesgos como política de Estado y dimensión de análisis en los proyectos de desarrollo para aumentar su sustentabilidad y la seguridad de la sociedad, fomentando la prevención como instancia primaria para la reducción de riesgos.

Hacia una cultura de la prevención
“En la medida en que podamos invertir en prevención, el impacto de los desastres y las pérdidas económicas y de vidas siempre serán menores”, afirmó la Arq. Laura Acquaviva, experto asociado del Bureau de Prevención, Crisis y Recuperación de Naciones Unidas que colabora con el equipo de trabajo de la UNL.
Esta premisa es una de las características más importantes del nuevo paradigma, que comienza a vislumbrase en el mundo a partir de los años 90 y que sugiere abordar los desastres desde sus causas (condiciones de riesgo) y las acciones que apuntan a su prevención, en lugar de concentrarse en dar respuestas durante una emergencia puntual.
“El enfoque tradicional se centra en analizar la vulnerabilidad de las estructuras. En cambio, el nuevo paradigma plantea que es necesario descubrir cuáles son los factores que están contribuyendo a la generación de riesgos. Es decir, cuál es la estructura de la vulnerabilidad”, explicó la especialista.
Si bien nuestro país acompañó este proceso de cambio desde el paradigma “reactivo” hacia un enfoque “proactivo” en relación al abordaje de los desastres, aún predomina la tendencia de responder a las emergencias cuando ya se han instalado en la sociedad. Según Acquaviva, “esto ocurre porque siempre resultó más fácil identificar a los actores que intervienen en esos momentos. Sin embargo, esta visión no permite evitar que vuelva a ocurrir lo mismo en un futuro y reducir los daños o pérdidas en otro evento y aumentar las condiciones de seguridad. Por el contrario, cuando hablamos del riesgo como un problema de desarrollo, estamos involucrando a otros actores y dotando sus acciones de mucho mayor nivel de certidumbre”.
Se trata, en otras palabras, de un proceso multidimensional que incluye a distintos actores sociales, desde el Estado hasta la sociedad civil y el sector privado. Por lo tanto, remarcó la especialista, “el gran desafío consiste en incorporar en el imaginario social que todos los actores tienen una responsabilidad ante el riesgo y asegurar mecanismos de coordinación que garanticen un trabajo conjunto. Pero para ello es necesario que la sociedad tenga una visión compartida sobre este tema”. 
A pesar de que en Argentina aún es incipiente el abordaje de gestión de riesgos, Acquaviva aclaró que Santa Fe es una de las provincias pioneras en asumir el desafío de implementar este nuevo paradigma mediante la puesta en práctica de acciones concretas.
  
En la UNL
Los aportes que realiza la Universidad en la implementación del Sistema Municipal de Gestión de Riesgos resultan de un trabajo interdisciplinario entre la FADU, que cuenta con especialistas en planificación urbana y ordenamiento territorial; la FCJS, que realiza contribuciones de orden legal e  institucional; y la FICH, que colabora en la identificación y evaluación de amenazas, vulnerabilidades y escenarios de riesgos. En este sentido, comentó la Ing. Silvia Wolansky, coordinadora del proyecto en la UNL, “la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas ha sido pionera en desarrollar acciones para tratar de instalar esta nueva visión, y por lo tanto hay gente capacitada para coordinar un proceso de este tipo”.
Consultada sobre los logros alcanzados hasta el momento, la docente destacó los avances en la conformación del Comité Municipal de Gestión de Riesgo, esto es, una organización que permitirá gestionar el riesgo de acuerdo al territorio y en base al nuevo paradigma. “Creemos que esto es un hecho. Estamos en la instancia de integración de actores del Gobierno de la Provincia, de la Municipalidad y de otras organizaciones no gubernamentales y del ámbito privado para poder trabajar articuladamente en la consolidación de los nuevos criterios de trabajo”.
Además, concluyó Wolansky, “se ha planificado trasladar este trabajo a los ámbitos de la cultura y la educación, así como organizar actividades para capacitar a quienes tendrían que participar en acciones de respuesta ante situaciones de emergencia”.

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