Estudio en Francia

Las cosas raras de la ciencia: ahora la física se mete en la economía

Miércoles 17 de diciembre de 2008

La economía puede utilizar ahora ecuaciones físicas para determinar dónde es más conveniente instalar una panadería, por ejemplo. Es un trabajo que están haciendo investigadores en un laboratorio de Lyon, en Francia, y que podría convertirse en un software de

En Lyon, Francia, las panaderías se repelen; pero las zapaterías y los negocios de ropa se atraen particularmente. Como los átomos.
Siguiendo ese modelo tan propio del razonamiento físico, investigadores de un laboratorio de economía dependiente del Centro Nacional de la Investigación Científica de Francia (CNRS) trabajan en un modelo que tiende justamente a aplicar ecuaciones físicas a la economía, toda una novedad que está comenzando a dar buenos resultados.
“La física estadística te permite combinar miles y millones de partículas y ver qué pasa a nivel global: es una forma de pasar de lo microscópico a lo macroscópico”, comenzó a explicar Pablo Jensen, un físico argentino radicado en Francia desde hace años, donde se reparte entre su trabajo en la Escuela Normal de Física, el Laboratorio de Física de la Materia Condensada que dirige, y el laboratorio de economía en el que trabaja desde hace cinco años.
El razonamiento que usa este novedoso método es claramente físico: ciertas partículas, con determinadas propiedades, interactúan de distintas maneras. La primera es atraerse o rechazarse, un principio básico que hasta aprendemos en la escuela.
Algo así –salvando distancias- es lo que pasa con las panaderías, por ejemplo. En este caso, y en particular en Lyon, las panaderías actúan como partículas que se repelen entre sí, y eso equivale a que no se encuentra una cerca de la otra, y lleva al razonamiento de que no es conveniente instalar una nueva panadería cerca de otra ya instalada. El método ya fue publicado en un artículo en la revista Physical Review por un grupo de investigadores integrado por físicos y economistas y del que participa Jensen.
“La economía pretende tomar a los individuos que tienen ciertas preferencias o ciertas maneras de comportarse en el mercado como si fuesen partículas, y evaluar cómo interactúan con otras partículas y en la sociedad”, explicó Jensen.

Atracción-repulsión
La herramienta se aplicó a dos problemas concretos. El primero fue el mercado inmobiliario, donde –siguiendo una metáfora inspirada en la física- se supuso que el propietario era una “partícula” y otra, los inquilinos que buscan departamentos. El segundo fue la localización de comercios en una ciudad, a partir de algunos datos conocidos.
“Lo que hicimos fue una especie de analogía entre la localización de los comercios y la localización de los átomos en un material”, explicó el físico. Concretamente, a partir de datos brindados por el centro de comercio de Lyon los investigadores pudieron detectar, por ejemplo, que las panaderías no están distribuidas al azar sino en todos los casos separadas por cierta distancia, una especie de “fuerza repulsiva” que en lugar de atraerlas las repele. En cambio, los negocios de zapatos y ropa se atraen entre sí.
“Si alguien quiere instalar una panadería en Lyon puede calcular los negocios amigos que tiene y los amigos, los que lo atraen y los que lo repelen, y se evalúa la calidad de un lugar para poner un negocio. A partir de eso, la gente de la cámara de comercio hace una lectura; nosotros solamente sugerimos lugares”.
A partir de la creación de la herramienta, los investigadores piensan trabajar en la creación de un software que pueda ser utilizado en cualquier lugar del mundo, a partir de la carga de datos relativos a cada sociedad en particular.

¿Física y economía?
Crear una especie de “sociedad virtual” en una computadora y simular comportamientos de “personas virtuales” o “cosas virtuales” es una herramienta que no resulta novedosa. Sin embargo, la conjunción de una disciplina dura, como la física, con otra social, como la economía, aparece como un matrimonio extraño. “El problema que tenemos es a quién convencemos con estos trabajos: para el físico no es física y para el economista no es economía”, dijo Jensen.
Sin embargo, cada especialidad puede aportar miradas diferentes: “Los economistas tienen algunas herramientas para pasar de lo microscópico a lo macroscópico, pero son herramientas matemáticas, y tienen muchas limitaciones. Nosotros también simplificamos, pero menos: podemos liberarnos de algunas de las simplificaciones que usan los economistas. Lo que nosotros hacemos es simular los procesos y ver cómo responden los distintos actores”.
“Lo importante –concluyó Jensen- es que ahora los economistas están considerando a la simulación como una herramienta posible”.

Agenda