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En el marco de la coyuntura de aislamiento social, una comitiva de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), realizó una visita virtual a la empresa de la localidad santafesina de Malabrigo, Nutreza SRL con la cual se está llevando a cabo un proyecto de innovación productiva en aditivos probióticos para uso animal.

De este encuentro, participaron por la UNL, el rector Enrique Mammarella; el decano de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), Adrian Bonivardi; el secretario de Vinculación y Transferencia Tecnológica, Javier Lottersberger; Gabriel Vinderola, investigador de UNL-Conicet a cargo del proyecto;  Christián Nemichenitzer, director del Cetri Litoral; y un equipo interdisciplinario de gestores e investigadores de los organismos universitarios mencionados. Esta comitiva fue recibida por el socio gerente de la empresa Nutreza SRL, Gustavo D’ Ascanio y la jefa de planta y responsable de calidad y ambiente, Eliana D’ Ascanio.  Los profesionales hicieron una presentación y breve recorrido histórico de la misma, expusieron el desarrollo el proyecto conjunto con la Universidad y comentaron cómo se fue construyendo la relación de confianza para el trabajo. Asimismo, realizaron un recorrido con imágenes de la planta industrial de la empresa y  describieron el equipamiento utilizado para la producción y el sector de fermentación, que incluye un laboratorio, que fue acondicionado y equipado en el marco del proyecto.

A los fines de sostener la continuidad de los proyectos de vinculación, con alto impacto para el desarrollo económico y social, la UNL replicará estos espacios de reuniones con otras empresas de la región.

Probióticos: los antibióticos de la naturaleza

Nutreza es una empresa radicada en la ciudad santafesina de Malabrigo que comenzó sus pasos en el año 2011 con la producción de alimentos balanceados para animales (bovinos, porcinos, caprinos, ovinos, aves, equinos). En 2015, dentro de sus productos comerciales, innovaron con la incorporación de productos fermentados para sustituir antibióticos. Se sabe que el uso de antibióticos es muy frecuente en la industria ganadera y, a su vez, se cuestiona acerca de los potenciales daños que estos puedan producir tanto en los animales como en los consumidores de carne. Es por ello que surge como propuesta innovadora la utilización de probióticos, en tanto organismos benéficos y alternativa eficaz a los procesos productivos vigentes en el mercado.

La innovación en la que trabajaron investigadores de la Facultad de Ingeniería Química-UNL y del Conicet, en conjunto con la empresa Nutreza SRL., consiste en la formulación de un aditivo alimenticio animal con efectos benéficos y probióticos. El prototipo consiste en una mezcla de cereales y oleaginosas fermentadas, rica en lactobacilos y levaduras. Este fermento está basado en cepas nativas y el proceso tecnológico diseñado permite la obtención de un producto de calidad uniforme. “Se trata de no depender de las fermentaciones espontáneas y mejorar esos fermentos para que sean estables y siempre efectivos. Actualmente el proyecto está trabajando con tres cepas de fermentos que actúan exitosamente”, explica Gabriel Vinderola, docente e investigador involucrado.

Por su parte, Jorge Reinhermer, investigador del Instituto de Lactología Industrial (UNL-Conicet) afirmó que “el gran valor del proyecto es que se utilizan cepas nativas y no importadas de otros ecosistemas, por lo cual resultan más efectivas y se adaptan mejor al medio ambiente”.

Finalizado el proceso de diseño del prototipo y de los ajustes de la tecnología necesaria para su producción, la empresa comenzó a testearlo en animales.

Tal como manifiesta Gustavo D’ Ascanio, de Nutreza SRL, “los probióticos tienen la capacidad de repercutir positivamente en ambiente intestinal del ganado, disminuyendo así el cortisol, que es la hormona del estrés”. En este escenario, se genera un ambiente hormonal propicio para que el animal esté tranquilo y se promueve la creación de músculo, a la vez que se disminuye la tendencia a la formación de grasa. “La propuesta de lanzar una línea líquida se debe a que, este formato, tiene una fuerza muy superior al resto de los formatos, importando una dosis de microorganismos más alta. La implementación de este tipo de producto permitiría reducir en un 80% el uso de antibióticos, que es un problema en los residuos que quedan en la carne”, afirma el empresario.

Para conocer más en detalle el desarrollo tecnológico se puede consultar la publicación en UNL Medios: Aditivos probióticos para uso animal: un producto innovador.

Acompañamiento institucional que impulsa el crecimiento

La relación de la empresa con la UNL comenzó en una ronda de negocios promovida por un organismo estatal, donde D’ Ascanio presentó su idea a los investigadores. Luego de esa instancia se desarrollaron distintos proyectos con servicios tecnológicos, gestionados desde la FIQ y la Secretaría de Vinculación y Transferencia Tecnológica de la UNL, a través del Cetri Litoral. Desde esa oficina se gestionaron también presentaciones a convocatorias que permitieron obtener financiamiento para la puesta en marcha del proyecto. Puntualmente el proyecto "Producción de aditivos probióticos para uso animal obtenidos de sustratos vegetales sometidos a fermentación controlada con microorganismos nativos", presentado y aprobado en la convocatoria Innovación Productiva 2018, de la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación.

La UNL cuenta con una amplia trayectoria y experiencia generando este tipo de vínculos entre el sector productivo, el académico y el social, teniendo en su haber una gran cantidad de casos exitosos. “La universidad tiene tanto para enseñar como para aprender en cada uno de estos procesos. Es un crecimiento mutuo, tanto para la empresa como para la universidad, porque es un proceso más sobre el cual adquirimos conocimiento. Implica formación de recursos humanos, de los propios investigadores y la puesta en valor de la capacidad emprendedora. Salimos enriquecidos todos y fortalecemos a todo un sistema”, concluyó Enrique Mammarella.

En estos procesos, la gestión de las acciones de vinculación y transferencia tecnológica cobran un rol clave para la construcción de confianza entre actores que tienen orígenes y características distintas. En este sentido, Jorge Reinheimer, docente investigador con amplia experiencia en las relaciones universidad industria, destacó que “existen tres actores involucrados en este proceso: los científicos, la industria y los gestores universitarios. Si faltara uno de ellos, las cosas no se hubiesen podido llevar a cabo. Sin la Secretaría de Vinculación, no hubiésemos accedido al soporte, al asesoramiento y a cuestiones que los investigadores desconocemos”.